Salud emocional y espiritualidad

Por Guille Elizondo

Con el presente artículo, no pretendo satanizar las prácticas religiosas, ni hacer una apologética de la espiritualidad en los procesos terapéuticos. Lo que comparto, es mi experiencia: El duelo, no siempre se encuentra en la pérdida del objeto, muchas veces se encuentra «atorado» en el cúmulo de creencias que acumulamos o heredamos a lo largo de nuestras vidas.

Entrar en el campo espiritual, ya sea en el momento del diagnóstico como en el del tratamiento, permite trabajar de una manera holística y lograr una recuperación integral.

Espiritualidad y Salud Emocional

A lo largo de las investigaciones en área de salud mental, podemos ver que muchas prácticas recomendadas para cultivar la espiritualidad son similares a las recomendadas para mejorar el bienestar emocional. La salud emocional y la salud espiritual se influyen y se superponen.

La espiritualidad consiste en buscar una conexión significativa con algo superior a nosotros mismos dando como resultado,  emociones positivas como paz, asombro, satisfacción, gratitud, aceptación, etc.

La salud emocional implica cultivar un estado mental positivo, que puede ampliar nuestra perspectiva para reconocer e incorporar una conexión con algo más grande.

De tal forma, que las emociones y la espiritualidad son distintas, pero se encuentran vinculadas profundamente e integradas entre sí.​

«..un síntoma común de depresión es la pérdida de interés por las actividades religiosas, así como las prácticas religiosas excesivas y distorsionadas son comunes en la esquizofrenia.»

¿Qué es la espiritualidad?

Conceptualizar la espiritualidad resulta complejo debido a la gran cantidad de diferentes perspectivas que se pueden tomar. En general, se trata de una experiencia humana universal que incluye un sentido de conexión con algo más grande que nosotros mismos, e implica una búsqueda de sentido a la vida.

Las personas pueden describir una experiencia espiritual como sagrada o trascendente, o simplemente como una experiencia de sentido profundo de interconexión y vitalidad.

Al igual que el propósito de vida,  la definición personal de espiritualidad de cada quien,  puede ser muy distinta e ir cambiando a lo largo de la vida adaptándose a las experiencias y relaciones.

La dimensión espiritual es importante en las condiciones de salud mental. 

La salud mental tiene dos dimensiones básicas. La primera la ausencia de enfermedad mental; la segunda, la presencia de una personalidad bien adaptada.

Las características esenciales de la salud mental son: capacidad para asumir la responsabilidad de las acciones, flexibilidad, tolerancia a la frustración, aceptación de la incertidumbre, participación en actividades de interés social, coraje para asumir riesgos, serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, coraje para cambiar las cosas que sí podemos cambiar, la aceptación de las desventajas, el autocontrol, las relaciones armoniosas con uno mismo y con los demás; incluidas en ésta última, las relaciones con la Naturaleza y con Dios.

La falta de espiritualidad puede interferir con las relaciones interpersonales, lo que puede contribuir a la génesis del trastorno psiquiátrico. (Indian Journal of Psychiatry)

La religión, es una de las tantas manifestaciones de la espiritualidad. Los síntomas psiquiátricos pueden tener un contenido religioso. Por ejemplo, un síntoma común de la depresión es la pérdida de interés por las actividades religiosas; así, como las prácticas religiosas excesivas y distorsionadas, son comunes en la esquizofrenia.

Conocer el trasfondo espiritual del paciente ayuda en el diagnóstico y en el seguimiento de los trastornos depresivos y psiquiátricos.

Hace unos meses, asistí a una mujer que estuvo en una depresión profunda desde hacía varios años. No nada más había sido víctima de diversas experiencias traumáticas, como el abuso sexual de su padre, sino que además de todo, percibía como pecado todo lo que pensaba y sentía. Confundía los estados emotivos innatos a cualquier ser humano, con los pecados capitales. 

Conocer el trasfondo espiritual de mi paciente,  me permitió comprender los motivos de esa conciencia escrupulosa, que generaba esa constante autocrítica. Estando casada y enamorada de su marido, no era capaz de disfrutar las relaciones maritales. No se sentía valiosa, ni con el derecho de establecer límites o denunciar abusos por parte de la familia política. Consideraba que sus problemas, eran una falta de control en la ira, o bien, una falta de bondad por su parte como resultado de la maldad que había heredado por la historia vivida. 

Hoy, juntas hemos podido avanzar hacia una verdadera sanación. No es lo mismo curar que sanar. La cura es la eliminación de los síntomas, la sanación, es la curación de toda la persona. 

Muchos de los problemas de nuestros pacientes se encuentran centrados en preocupaciones existenciales, es por ello, que los valores espirituales y las prácticas religiosas son importantes en todo lo que permea sus vidas.

Conocer la dimensión espiritual de las personas, nos permite adentrarnos en el mundo que le da sentido a su existencia. 

La Tanatología Holística ofrece el modelo bio-psico-socio-espiritual que incorpora todas las dimensiones del ser humano, sin dejar atrás la espiritualidad y las prácticas religiosas. 

Si te encuentras ante un conflicto que no te deja vivir emocional o espiritualmente en paz, cuéntame tu historia, yo con gusto, te acompaño. 

Guille Elizondo

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